Cartas de Centroáfrica

En Centroáfrica, debido a las circunstancias actuales, la acción habitual del Movimiento ATD Cuarto Mundo no puede llevarse a cabo. “La Cour” en Bangui, lugar donde viven los voluntarios permanentes y muchas familias que están refugiadas, se ha convertido en el centro de reuniones para todos los miembros del Movimiento. Para dar noticias sobre lo que se vive en Bangui se ha creado el blog “Cartas de Centroáfrica”

En Bangui, recordando a los ancianos.

El miércoles por la tarde, Joël llegó más temprano que de costumbre al “patio” de ATD. ’Voy a casa’ dijo. ’Nos enteramos de que mi vecino, quien tiene más de 80 años, murió’.

El caos de los últimos meses fue muy difícil, especialmente para los ancianos, con tantas familias confinadas a vivir en espacios pequeños, luchando por conseguir comida o incluso salir y compartir novedades con otros. El sábado pasado un amigo del equipo enterró a su abuela; el mismo día otro amigo perdió a su abuelo.

El miércoles, rápidamente Joël tomó la comida que quedaba y que había guardado para él, salió para “dar una mano para las preparaciones”. Lo volvimos a ver al día siguiente por la mañana volviendo del pueblo para cambiar de trabajo y luego volviendo por la noche a su barrio. Mientras pasaba nos explicó ’ayer preparamos la tumba y lo enterramos en un hermoso lugar en el patio detrás de la casa. Nadie puede enterrar a sus muertos en el cementerio debido a todos los problemas. Encontrar un vehículo que te lleve, hacerlo de manera segura, cavar una fosa, encontrar las herramientas…. todo es un problema”.

“Encontramos a los mismos vecinos que el mes pasado cuando nuestro anciano vecino sufrió un robo. Durante la noche, cuatro hombres entraron y le robaron todo, él tuvo que pasar la noche acurrucado y horrorizado en una esquina de su habitación mirando cómo se llevaban todo, incluso sus taburetes y su olla para cocinar. Con los vecinos ayudamos a encontrar algunos utensilios para él, una olla. Reparamos su puerta con algunas piezas de madera y clavos. Incluso las fuerzas de paz congoleñas trajeron bisagras y clavos para ayudar”.

Joël se quedó en casa el jueves por la noche orando, cantando, leyendo y hablando con sus vecinos. Solo vecinos y amigos, ningún familiar. El hijo del anciano vive a 60km y ni siquiera pudieron avisarle lo que pasó directamente, lo transmitieron a través de la radio local. Lo que es peor, la semana de su muerte coincidía con uno de los convoyes de vehículos chadianos de repatriación que abandonaban la ciudad, así que la comunicación fue aún más difícil de lo habitual.

El viernes por la noche, Joël nos contó más sobre el anciano. Fue uno de los fundadores del barrio. La noche anterior varios de sus vecinos hablaron sobre lo que él significaba para esta área. Sin sistema de sonido, instrumentos ni predicadores de un funeral, solo un momento para compartir recuerdos.

El anciano siempre decía que el barrio era una zona de inundaciones y cómo junto con tres de sus vecinos tuvieron que construir terrazas para controlar las inundaciones. Él ayudo a construir las bases de la escuela local y de la iglesia Trinitaria, habiendo recorrido largas distancias llevando piedras en su cabeza. Construyeron soportes hechos de paños, madera y hojas para poder cargar las piedras en sus cabezas y sus espaldas. Fue también el que “diseñó” el barrio habiendo plantado árboles donde las áreas comunes necesitaban ser trazadas: la cancha de fútbol, el centro de jóvenes, el centro de salud.

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En Bangui, capital de la república Centroafricana, las calles estaban desiertas durante los días críticos de la reciente violencia desatada.

Recordando cuánto este hombre ha “creado y definido” los espacios comunes, desde su iglesia hasta la escuela, desde los campos deportivos hasta el mercado, Joël recordó al otro hombre que un mes antes infundió miedo y preocupación en el corazón de este hombre.

Después de escuchar, Gisele dijo, ’Él murió por pensar. Al haber sido robado y viendo todo roto, no fue eso lo que lo mató. Pero pensar en todo eso, viendo sus cosas rotas o robadas, era también su historia lo que le había sido robada, el respeto que se merecía por ser anciano. Y entonces, pensando tanto en todo eso, él murió de pensamiento”.

Murió de pensamiento, llevado allí por aquellos jóvenes que se incorporan al saqueo sin pensar en absoluto. Si la gente no piensa, entonces el sentido de la historia se ha perdido y se permite cualquier cosa, incluso robar a un anciano y conducirlo a la muerte.

Michel Besse

Ver el blog en francés: http://centrafrique.atd-quartmonde.org/